2 Corintios 13:1 al 13 Toda acusación debe ser confirmada por dos o tres testigos, y cualquiera que insista en el pecado no debe permanecer en la iglesia. Nuestra fuerza no viene de nosotros, somos débiles, esta fuerza viene de Dios. Examinate a ti mismo, no te fijes sólo en la apariencia, haz lo correcto. No nos miramos a nosotros mismos, sino a su éxito. Te lo advierto hoy para no tener que ser duro mañana. Todos deben hacer lo mismo.