O capítulo 3 de 1 Timoteo El capítulo 3 de 1 Timoteo presenta las características esenciales para que un ministro sea considerado apto y digno para ejercer el rol de líder en la congregación. Además, resalta las cualidades que deben poseer los diáconos para asumir sus responsabilidades en el Reino de Dios.
Según el capítulo 3, el obispo debe ser irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, mesurado, honesto, hospitalario y capaz de enseñar. Además, debe tener buena reputación, no ser dado al vino, no violento sino amable, no contencioso ni avaro. En cuanto a los diáconos, deben ser respetables, no dudosos, no dados al exceso de vino, no codiciosos, y guardar el misterio de la fe con la conciencia tranquila.
De hecho, la primera carta de Pablo a Timoteo se destaca por proporcionar detalles completos sobre las calificaciones para el liderazgo en la iglesia, superando a cualquier otro escrito del Nuevo Testamento. Pablo elabora una lista de cualidades esenciales tanto para los ancianos como para los diáconos, delineando altos estándares para aquellos que desean asumir roles responsables en la comunidad cristiana.